Experiencia Gastronómica en Oaxaca

Laura B. Caraza Campos

A mediados de febrero hicimos con la AMG un viaje gastronómico a Oaxaca el cual resultó aún mejor de lo que esperábamos. Fue una experiencia única que muchos de los socios queremos repetir en un futuro.
El primer día llegó por nosotros en un excelente autobús el chef Alejandro Ruíz a las 10:30 a.m. y nos llevó a la Central de Abastos, ahí nos preguntó que se nos antojaba comer, nos dio diferentes opciones, seleccionamos una sopa, un pescado, un mole de alcaparras y un postre. ¡Pues a comprar se ha dicho!

Alejandro nos fue llevando de puesto en puesto y nos fue enseñando los diferentes ingredientes. ¡Una maravilla! Tardamos más de 2 horas en el recorrido y nos quedaron ganas de seguir comprando infinidad de ingredientes de la zona.
Antes de irnos nos llevó con la famosísima, doña Vale a comer unas regias memelas.

De ahí partimos a Portozuelo un rancho propiedad del chef Alejandro en dónde después de servirnos unas frescas mezcalinas, organizó grupos de cocina por sorteo.
Todo fue hecho en cocina de leña con unos comales increíbles. Una vez terminados los platillos, pasamos a servirnos a la mesa a degustar nuestras creaciones, eso sí, acompañadas de frescas cervezas y por supuesto el mejor mezcal.
Al terminar, regresamos a nuestra casa el excelente y agradable hotel Casa Vertiz.

Al día siguiente tuvimos una deliciosa comida en el Restaurante Origen del chef Rodolfo Castellanos, ganador del Top Chef México en 2016. (Fotografía 20)
Nos preparó un surtido de platillos uno mejor que el otro, como la lengua de res con mole chichilo y vegetales asados, el delicioso risotto de calabaza tamala , uvas, quesillo ahumado, pepitas y fruta de pechuga, el pescado en salsa de coco con cacahuate, hongos y sofrito de chepil, un delicioso pollo orgánico con puré de plátano macho, coliflor con elote tierno y mole negro, y para finalizar un brownie de chocolate oaxaqueño con sorbete de maracuyá , bizcocho de epazote acompañado con helado de lima, flan de rosita de cacao, helado de maíz azul y frutos rojos y varios más.
Por la noche Mezcal 33 y Pitiona, nos ofrecieron una degustación de ricas entraditas acompañadas por los diferentes mezcales. Muy agradable noche con la mejor vista de Santo Domingo, acompañados con la luna atrás.
Para terminar, tuvimos visita el último día al palenque dónde se fabrica el Mezcal 33. Nos pareció muy interesante darnos cuenta cómo sigue siendo artesanal, hasta con el caballo dando vueltas para moler el agave previamente horneado y todo el proceso por el cual se lleva a cabo la preparación del mezcal.
De ahí nos fuimos a comer el restaurante Casa Oaxaca, otra experiencia única. Las mezcalinas de pepino, inolvidables. Las tlayudas con insectos únicas, lo mismo que los chiles de agua rellenos del más delicioso ceviche y las flores de calabaza rellenas de requesón.
El domingo finalizó este inolvidable viaje gastronómico a la mágica Oaxaca.